Recientemente he terminado la dirección de fotografía de la primera etapa de Luci, la nueva serie de Portocabo para TVG. Voy a comentar algunos detalles de como trabajé la cámara y la luz  para los que quieran curiosear. Comedia de media hora dirigida por Jorge Coira, es una serie pequeña de equipo y medios que pretende un resultado adaptado lo mejor posible al  tamaño de la producción. El equipo de cámara y luces se plantea desde el principio como un equipo conjunto formado por:   Gonzalo Nión segundo operador, Ledicia Bellón ayudante, Juan Ramil eléctrico, Jose Cruz meritorio, y yo que además de hacer la foto operaba una de las cámaras. Digo lo de un equipo conjunto, porque en función de la necesidad, todos estábamos más a una cosa o a otra. Todos a una! que se suele decir. Hecha con el concepto de single camera production, aunque con dos cámaras permanentemente, pretende ser una comedia naturalista,  que escapa de los excesos  tanto a nivel de guión y dirección, como a nivel de imagen.

Equipamiento de cámara

Lo bueno de una productora como Portocabo es que no tiene material técnico propio, a si que cuando se plantea un trabajo no tienes que esclavizarte a hacerlo con el material de la casa para sacarle partido, si no que se valora la mejor opción posible dentro del presupuesto y el tipo de trabajo. En este caso lo que condicionaba la elección de la cámara era: – Tenía que ser ligera y muy manejable para poder movernos rápido con ella, y que cámara + el resto del equipamiento no ocupasen mucho espacio a la hora de almacenarlos y trasladarlos. – Tenía que dar un look cinematográfico, una imagen naturalista, amable, y bonita, alejado del de las tradicionales sit com – Y evidentemente tenía que ajustarse al presupuesto. Las finalistas fueron la Canon C100, y la Sony FS700. Al final elegimos la FS700. Yo la había probado bien gracias a Raquel y Eduardo  de Congo que me la cedieron para hacer unas pruebas. Además ya habíamos hecho el piloto con la FS100, aunque yo no había quedado del todo contento concretamente con la combinación gamma + matrix que usé (esto posiblemente por falta de tiempo para configurarla), ni con el hecho de que no tuvise NDs incorporados. Ya en las primeras pruebas con la FS-700 vi que mejoraba notablemente la imagen que había conseguido en el piloto, además el hecho de tener los NDs incorporados es realmente cómodo. A nivel de ópticas queríamos un poco lo mismo, algo muy versátil, y que fuesen luminosas. Elegimos ópticas fotográficas zoom de la serie L de Canon: un 24-70 y un 70-200 por cámara, y un 16-35 para  compartir, ya que no se iba a usar tanto. Para adaptar las ópticas montura EF a la montura E de la cámara, contamos con adaptadores Metabones estandar. Y a mayores contábamos con un adaptador Metabones Speed Booster para las situaciones en las que necesitábamos más angular en cámara. En el tema filtros, solo destacar que a pesar de que la cámara tiene tres NDs incorporados, si se quiere «abusar» de la poca profundidad de campo de estos sensores, y pensando en exterior día con sol, hay que contar con algún tipo de NDs adicionales. Yo conté con un par de ND Fader circulares de Lightcraft Workshop. Los filtros circulares de enroscar en la óptica son una gran opción para evitar el engorro de los porta filtros y los filtros de cristal 4×4, que son más delicados y lentos de trabajar. Y para completar el equipo de cámara una cosa que me parece muy importante: el estativo. Vinieron los que para mi eran los mejores posibles para este trabajo: dos Dvtec Extreme. Los probé por primera vez en la película 18 Comidas (Jorge Coira) en la que teníamos que estar mucho tiempo con las cámaras encima. La verdad es que estoy cansado de estativos  que tienen hombrera y mangos pero que a la hora de la verdad el peso está todo delante y tienes que sujetarlo con los brazos, y claro después de una jornada larga, o peor, después de una semana, terminas con los brazos machacados. Estos estativos cuentan con una varilla con muelle que va del estativo a un cinturón y esto, junto con la hombrera, te aguanta el peso y puedes tener los brazos más relajados para mantener el encuadre, el nivel de la cámara, y hacer foco.

Pros y contras

Lo mejor del equipamiento, es la ligereza y versatilidad por un lado, y que se consigue una imagen muy «cinematográfica» y agradable, realmente muy cercana ya en cámara al resultado final que buscabamos. Lo peor. Aquí hay varias cosas: – Por una lado que el codec de estas cámaras es muy muy justito. Estamos hablando de un AVC HD 4:2:0 a 24Mbps, y hay que tener muchísimo cuidado con como se expone la imagen. realmente hay que tirar la exposición al punto, ya que incluso partes de la señal que no llegan al 100 IRE pierden totalmente la textura, se posterizan, y no se recuperan. Si te quedas bajo y tienes que levantar en etalonaje, la cosa es algo mejor, ya que la cámara no es especialmente ruidosa a ISOS normales (640-1000), pero aun así insisto que lo mejor es tirar al punto, no arriesgar mucho con situaciones de gran contraste, y procurar usar degradados, polas, y todo aquello que nos ayuda a que la luminosidad de la escena entre en el rango de la gamma que hayamos elegido. – Por otro lado el LCD de la cámara no está mal, pero si hay mucha luz ambiente la cosa se complica. Lo lógico sería pensar en acoplarle al propio LCD el ocular que trae de serie para así poder pegar el ojo y aislar la imagen de la luz. Pero resulta que con el ocular, por algún defecto de la lupa que trae, no se ve tan nítida la imagen, lo cual no sería muy preocupante si no fuese porque nos hemos hecho casi toda la serie a f2.8, y claro, cualquier ayudita para ver mejor el foco se agradece. Ledi, la ayudante, nos hizo unas viseritas de plástico muy útiles pero al final en exteriores teníamos que andar tapados casi siempre con telas negras por encima para aislarnos totalmente de la luz, con lo que Gon y yo formábamos una especie de Santa Compaña camaril bastante cómica.

– La óptica 24-70 que usamos era la Mark I y he de decir que la nitidez que da es bastante escasa, y aunque en el resultado final no es muy notorio (de hecho a mi me gusta mucho la imagen suave en general) si se compara con el 16-35 o con el 70-200 era muy notable. – Un problema persistente e inesperado para mi, fueron las entradas de luz que lavaban a menudo parte o toda la imagen. No eran perlas limpias y bonitas al uso, si no un velado propiamente, bastante incómodo y muy dificil de evitar. Algo que en todo el tiempo que trabajé con ópticas fotográficas + dSLR no había visto, y que incluso durante el piloto con la FS-100 tampoco. La diferencia y por tanto la posible causa del defecto tiene que estar en los adaptadores, ya que siempre que usé ópticas Canon en dSLR fue con cámaras Canon que no necesitan adaptador para esas ópticas, y en el piloto se usó la FS-100 pero con una óptica montura E que traía de serie la cámara, a si que también sin adaptador. En cualquier caso no fueron defectos que impidieran que sacásemos la imagen que queríamos.

La luz

La clave era conseguir una serie que no pareciese iluminada, con luces naturales, escapando de una imagen plana y toda iluminada, con contrastes agradables. En exteriores no llevé nada de luz artificial, y me dediqué a buscar que la luz natural me favoreciese lo máximo y apoyar algo con reflexión cuando era posible. Pero nada de palios, si no esticos 1×1 blanco y plata, ya que teníamos que seguir el principio de ser ágiles y rápidos. Lo peor aquí fue el famosos «sol y nubes». En una serie en la que hay que ir rápido, no te puedes permitir hacer una secuencia larga o de muchos bloques toda con la misma luz cuando el tiempo esta cambiante. Hay que ir resolviendo y no sufrir mucho con el racord. Decir que contaba con Jorge Coira que estaba muy pendiente de la luz y siempre que se podía adaptaba la secuencia o los tiros de cámara a la mejor luz en ese momento,algo muy de agradecer. Los interiores de la serie son escenarios naturales. Eso le da un acabado muy realista ya que creo que se nota que no estamos en plató, pero también eso nos dificulta mucho el trabajo de iluminar ya que el decorado principal, el piso de Luci, no deja de ser un piso normal con sus alturas normales, con sus limitaciones de espacio, etc. Para más datos era un octavo con las ventanas orientadas al Oeste. Además al llevar un equipamiento de luz pequeño, realmente hay que apoyarse mucho en la luz natural en las secuencias día, a si que en interiores volvemos a sufrir los efectos del «sol y nubes». En cuanto a los aparatos, la premisa es que se pudiesen enchufar en un piso sin más, a si que el aparato más grande que tenía para la casa de Luci era un Arrisun 575, y en otros interiores ya fuera del piso, llevaba un 1,2 Par como aparato más grande. Al no contar con muchos aparatos, no había luz para dejarla fija en los decorados a modo de plató, pero quitando el sacrificio que supuso mover seguido la luz para cada secuencia, tiene también la ventaja de que por una parte puedes hacer planos abiertos ya que no tienes aparatos fijados al techo, y por otra parte, no hay una luz siempre igual, si no que la iluminación se adapta a la escena y al momento de luz natural, con lo que a diferencia de una serie de plató, y a semejanza de una casa real, la luz en un mismo espacio es diferente según el día y la situación. Las secuencias interior noche se adaptan bastante mejor al tipo de iluminación que llevamos, además de noche podía apoyarme mucho en las propias luces de la casa, y por otro lado siempre puedes ver el exterior (las luces de la ciudad) y es muy agradecido.

A nivel general, la clave para hacer bien una serie pequeña, es que todos sepamos lo que vamos a hacer y hagamos virtud de nuestras limitaciones. Debe de primar la máxima de menos es más.

Y no quiero terminar sin decir que el trabajo de fotografía es al 100% de todo mi equipo que trabajó muchísimo e hicieron posible el resultado. Especialmente importante cuando se hace la foto a la vez que operas, es tener a gente en el equipo que mira por tu trabajo tanto como tu mismo, y yo tuve la suerte de tenerla.