Se trata de un corto de algo menos de un minuto que María Solar y yo produjimos durante la primera semana de encierro para el Cuarentena Film Festival. Este es un breve resumen de como lo hicimos
Pinchar aquí para ver el corto
Al poco de empezar el confinamiento, surge en Instagram el Cuarentena Film Festival, un festival de cortos de entre 30 segundos y dos minutos de duración realizados durante el encierro como parte de las iniciativas de #YoMeQuedoEnCasa y organizado por la productora madrileña Bedmar Films. Este festival que empezó humilde, ha ganado seguidores y repercusión hasta el punto que en este momento tiene más de 9200 seguidores y ha conseguido un jurado compuesto nada menos que por Isabel Coixet, Abril Zamora, Jose Mari Goenaga, Jon Plazaola, y Nadia de Santiago.
Yo acababa de terminar (justo el último día que se pudo trabajar) el rodaje de El Desorden que Dejas (Vaca Films para Netflix) y siempre que llegan los momentos de parón, me entran las ganas de hacer proyectos personales, así que eso, sumado a la novedad de participar en un festival en este contexto tan singular de cuarentena, hizo que me animase a rodar esta pequeña pieza.
Durante un ensayo de El Desorden, me fijé lo bien que se veía esa secuencia en el reflejo de una tele que era parte del decorado, y esa idea fue el punto de partida para el corto. Le propuse a María Solar, mi pareja, que hiciésemos algo usando esa idea, y ella me propuso usar el corto para llamar la atención sobre el tema de la violencia de género, así que se me ocurrió que podría ser un plano secuencia que empezase hablando del hogar como algo idílico y terminase en algo dramático, una agresión, un tipo de giro muy efectista que me gusta mucho y que contrapone la idea que tenemos todos de hogar versus la desgracia que tienen que pasar muchas mujeres a diario.
Lo mejor que tenía a mano para rodar el corto, era un Ronin SC con una Sony RX 100 IV, que no está nada mal sobre todo para producir algo para redes. El plano empezaba al fondo del pasillo y terminaba en el salón y la mayor dificultad fue como podía operar el Ronin y luego aparecer en cuadro, ya que María y yo también íbamos a ser los actores. Si llevaba el Ronin a mano, se notaba mucho el momento en el que lo apoyaba para entrar en cuadro, así que lo que se me ocurrió fue arrastrarlo, y como no disponía de nada con ruedas, pensé en usar una bolsa rígida que resbalase bien por el parqué y así de esa forma cuando el movimiento de cámara llega al final, el Ronin se queda allí en el sitio y yo puedo aparecer en cuadro.
El reflejo es perfecto para ver y no ver esa escena tan desagradable y mucho más teniendo en cuenta que María y yo no somos actores, a si que es perfecto verlo de esta manera. Aun así, por si acaso se percibía algo en el reflejo, María se curró un maquillaje muy bueno, no para ver directamente, pero sí para el reflejo, incluso usó papel en la boca para deformar el rostro como Marlon Brando en El Padrino.
En cuanto a los ajustes de cámara, puse el shutter y la ISO fijos y el diafragma en auto y usé un codec XAVC S 50Mbps a 25fps. A lo que le di más vueltas es a que gamma usaba porque esta cámara realmente está pensada para usar con gammas estándar pero claro, en ese caso la latitud se reduce mucho, y por ejemplo, cuando la cámara llega al salón, quemaban mucho las ventanas. Yo soy muy muy fan de las curvas log e incluso de una imagen final suave, a si que opté por usar la opción de S-Log 2 pero con el problema de que esta cámara con sensor de 1″ no está ni de coña pensada para esto a 1600 ISO (que es la ISO que se fija al poner S-Log 2) El resultado es a nivel de contraste muy bueno, pero la realidad es que la imagen se convierte en una paella por la cantidad de ruido que genera. Aun así consideré que el 90% de las visualizaciones iban a ser en dispositivos móviles o a pantalla pequeña con lo cual a penas es perceptible el ruido y la imagen es más amable.
El sonido es la parte más laboriosa de la pieza. No hay sonido directo por varias razones: el ruido que hacia yo con el Ronin al arrastrarlo, porque no tengo buenos equipos para eso, y porque quería tener el control del sonido independiente de la imagen. A si que después de rodar el corto y con la imagen de la toma definitiva delante, grabamos las distintas pistas de audio: pasos, ropa, golpes…y lo más importante, los gritos de la mujer, que la verdad para mi gusto quedaron sobrecogedores y ahí se nota mucho que María fue actriz de doblaje.
Ahora que sabíamos el tiempo que duraba la toma, María escribió un off precioso justo para la longitud del movimiento de cámara. Todos los audios los grabó nuestro joven técnico de sonido Martín G Solar, hijo de María, y de tan solo 9 años que tiene un buen equipo de grabación de sonido en su PC.
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