El Final del Camino (Voz Audiovisual para TVE y TVG) es una serie ambientada en la Galicia del siglo XI en el momento en que empieza a construirse la catedral de Santiago. Fueron cuatro meses de intenso rodaje en los que estuve de operador de steady, de vuelta, después de años, a la productora donde me puse una steadicam por primera vez. A continuación detallo como fue este trabajo.
La serie se rodó integramente en Galicia entre Agosto y Noviembre de 2016 tanto en plató como en multitud de interiores y exteriores naturales. La dirección de fotografía corrió a cargo de Johnny Yebra y Suso Bello, y puntualmente Sergio Franco en las segundas unidades. La cámara por la que se optó finalmente fue la Alexa Plus y contábamos normalmente con dos cámaras, aunque había días de doble unidad o de refuerzo que había hasta cuatro. En el apartado de ópticas, se usaron las Zeiss Ultra Prime y los Zeiss Cinema Zoom 15-30, 28-80, y 70-200. Yo operé la cámara A que además del trabajo habitual, es la que iba en la steady.
La Alexa Plus es bastante pesada a si que ya desde la pre producción nos dedicamos a buscar la configuración más ligera posible para montar en el steady. Para empezar intentamos tener un remoto de foco Arri o un CMotion para así aprovechar el hecho de que si la Alexa Plus pesa más, es basicamente porque tiene receptor integrado para estos sistemas inalámbricos. Al final no pudo ser y vino un Scorpio. El Scorpio es muy fiable y gusta a los ayudantes, pero es verdad que pesa lo suyo y además tiene el problema de donde y como colocar su caja receptora de forma que vaya bien para el balanceado del sled, que no provoque vibraciones, y que no moleste. Otra medida para aligerar fue anclar la cámara al steady por medio de una estafa quick release tipo Sony. También usamos barras de 15 y un porta clip on. Además pedí unas baterías más ligeras que las que usábamos normalmente en trípode, y también le quitabamos el VF y usabamos ópticas fijas siempre que era posible.
La serie lleva un porcentaje de steady bastante elevado, dependiendo del director, pero era raro el día que no había varias secuencias en las que jugase el steady. Como mi cámara también estaba en trípode, para agilizar los cambios de trípode a steady, la cámara estaba configurada de forma que el cambio era bastante rápido: en trípode la anclabamos también con una quick release tipo Sony y barras de 15, y todos los días desde primera hora ya estaba el sled montado en el trípode para cuando tocase pasar a steady.
En cuanto a mi ayudante y auxiliar, la pre y puesta en marcha la hicieron Jon Barco de ayudante y Dani Sanchez de auxiliar, y a partir de la segunda semana vino Irene Tomé de ayudante, y Juan Ramil de auxiliar. Para ellos la serie fue un trabajo muy exigente ya que por la parte del foco, trabajamos normalmente con el diafragma abierto a tope o casi y después por otra parte estaban los continuos cambios de trípode o hombro a steady, los traslados del equipo por terrenos irregulares, y que los equipos requerían una limpieza en profundidad diaria por la cantidad de suciedad que acumulaban. Irene fue un apoyo importantísimo para mi, está muy acostumbrada a trabajar con steadys y gracias a eso cada día me montaba y equilibraba el sled, e incluso me ayudaba en labores de mantenimiento.
En cuestión de tipos de planos, hicimos de todo. Muchas secuencias completas a base de planos de steady; Hard mount desde quad; mucha steady como traveling (sí, eso que tan poco nos gusta) … Lo que a penas hicimos fueron planos secuencia. La mayoría de los plano de steady de la serie están hechos con el 40mm o con el 28-80mm. En ocasiones tirábamos hacia más tele, pero raramente hacia gran angular. Sobre la cámara llevaba dos emisores Teradex, uno para dar imagen al set de dirección, y otro para el mini monitor de Irene. Normalmente podíamos marcar bien las posiciones de cámara y actores de cada secuencia en los ensayos, pero tampoco era raro que nos tuviesemos que hacer alguna secuencia sin ningún tipo de marca. No fue una típica serie de planos talk and walk (los clásicos planos medios de personajes andando mientras sueltan el texto) si no que teníamos mucha variedad de movimientos: circulares, escaleras, monte arriba, monte abajo, alguna carrerita…en ese aspecto el trabajo fue muy poco aburrido, cosa que francamente agradecí bastante. Trabajamos tanto en high como en low mode incluso en una misma secuencia, y para agilizar los cambios entre un modo y otro, el sled estaba montado de forma que solo había que mover el monitor, la caja del Scorpio, y «desequilibrar» el gimbal, para hacer un low mode express con la cámara invertida.
El trabajo con la steady fue duro porque con la cámara A pisamos muy poco el plató. Normalmente trabajamos en exteriores e interiores naturales bajo todo tipo de condiciones meteorológicas, por suerte para ser Galicia, llovió muy poco. Lo peor para mi fue el polvo y la tierra que había en casi todas las localizaciones, que debido al clima más bien seco que tuvimos, estaba muy presente en todo momento. Eso provocaba limpiezas casi diarias con compresor, que más o menos quitaba la suciedad pero secaba mucho la lubricación de las piezas. Cuando podía cubría la steady con las fundas de agua para evitar más acumulación de suciedad (foto de arriba) Pero la steady terminó la serie bastante llena de suciedad, a si que nada más terminar tuve que desmontar cada tornillo de todas las partes del steady, limpiarlo a conciencia y volver a engrasar todo de nuevo.
Mucha gente me pregunta sobre si aguanté bien el curro a nivel fisico. Sí, y lo disfruté mucho. Como habitualmente no hago solo steady, suelo entrenar bastante para mantener el cuerpo en forma, pero sin duda la propia rutina de operar steady muy seguido es lo mejor para que cada vez te cueste menos, cuanta más steady mejor estás con ella encima. Lo que no puedo perdonar para seguir siempre con los músculos en buen estado, son unos buenos estiramientos tanto después de cada secuencia, como al final de la jornada al llegar a casa. Con ópticas fijas y un motor del Scorpio, todo el conjunto cámara más steady (chaleco incluido) pesaba unos 35 Kgr, que es bastante peso, pero ciertamente si estás acostumbrado se lleva muy bien, además, dentro de unos límites, a mi me gusta más operar con cámaras pesadas que ligeras.
En resumen, fueron cuatro meses de trabajo intenso pero muy reconfortante haciendo una de las cosas que más me gustan, en una producción potente, rodeado de actores y técnicos maravillosos.